Vamos viviendo cosas y nos quedamos ahí en lo que vivimos.
Porque nadie nos dijo que había algo más importante que las cosas que nos pasan (que no es que no lo sean), que son las cosas que sentimos sobre lo que nos pasa.
Hasta aquí, podremos decir que habrás leído unos 67 post en blogs o en instagram que hablan de esto.
Bien. Pues Focusing dice que hay algo aún más importante que lo sentimos sobre lo que nos pasa. Y aquí empieza la gran fiesta.
Cuando los seres humanos cerramos los ojos (y esto por muchos años que pasen no me dejará de alucinar) y confiamos en lo se siente en el cuerpo y en las imágenes que el cuerpo nos trae, dándoles espacio, estamos en contacto con algo que Gendlin llamó asideros.
Estos asideros nos ponen en conexión con nuestro implícito, y empezamos a ser ilustrados por la sensación sentida.
Esta sensación sentida es como un tren que nos lleva por todos los sentires que habitan en nosotros y que enlazan con todos nuestros significados, los más profundos, para que puedan actualizarse y resolver eso que en el momento nos atañe internamente.
Quizás es un poco complejo, pero mira.
Lo importante.
La sensación sentida tiene TODA LA INFORMACIÓN, toda, sobre lo que para ti significa cualquier asunto concreto.
Tiene tantos matices que nunca, jamás, nada que podamos expresar va a ser mínimamente cercano a toda la información que ella guarda.
La buena noticia es que podemos conectar con ella e ir desplegando esos significados, poco a poco, que se van actualizando, como se actualiza una aplicación.
Y cuando eso pasa, la vida cambia no sabes cómo ni cuánto.
Y ya, lo que pasó...de lo que pasó uno ni se acuerda. Porque está en otro sitio más importante y profundo.
Si aún no has visto (o re-visto) el vídeo del proceso real de Focusing, te invito a que lo disfrutes y a que te des cuenta de cómo todo esto que te cuento se refleja en el proceso de Asun.
Si todo esto te dice algo, te llama, sabes que puedes contar conmigo y venirte al curso Focusing 1, que empieza en septiembre.
Un abrazo enorme,
Cris
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